Phineas Gage es uno de los casos más famosos en la historia de la neurociencia y la psicología. Su historia ayudó a los científicos a comprender mejor la relación entre el cerebro y la personalidad, desafiando las concepciones de la época sobre la localización de las funciones cognitivas. Un accidente inesperado lo convirtió en un caso de estudio clave para la comprensión de los lóbulos frontales y su impacto en la conducta humana.
El Accidente que Cambió su Vida
El 13 de septiembre de 1848, Phineas Gage trabajaba como capataz en la construcción de una vía férrea en Cavendish, Vermont. Su tarea consistía en colocar explosivos en las rocas para despejar el camino del ferrocarril. Mientras compactaba la pólvora con una barra de hierro de aproximadamente un metro de largo y tres centímetros de diámetro, una chispa encendió accidentalmente la carga explosiva. La detonación proyectó la barra de hierro a través de su mejilla izquierda, perforó su cráneo y atravesó su cerebro antes de salir por la parte superior de su cabeza.
Sorprendentemente, Gage sobrevivió al accidente. Se mantuvo consciente y, según los informes, incluso pudo hablar y caminar poco después de la lesión. Sin embargo, aunque su capacidad física se mantuvo relativamente intacta, su personalidad sufrió un cambio drástico.
Cambios en su Personalidad
Antes del accidente, Gage era descrito como un hombre responsable, trabajador y con un carácter estable. Tras la lesión, sus amigos y colegas notaron que se había vuelto impulsivo, irreverente, impaciente y propenso a los arrebatos emocionales. Su comportamiento errático le costó su empleo y lo alejó de muchas de sus relaciones cercanas.
El Dr. John Martyn Harlow, el médico que lo atendió, documentó sus cambios de personalidad con gran detalle. Su observación fue clave para la comprensión de que los lóbulos frontales están implicados en la regulación de la personalidad, el autocontrol y la toma de decisiones. En palabras de Harlow, Gage ya «no era Gage».
El Impacto del Caso en la Neurociencia
El caso de Phineas Gage marcó un punto de inflexión en el estudio del cerebro y la personalidad. Antes del accidente de Gage, la ciencia tenía una comprensión limitada sobre la especialización de las diferentes áreas cerebrales. Su lesión demostró que los lóbulos frontales juegan un papel esencial en la regulación emocional, la planificación y la conducta social.
Este caso también sirvió de base para el desarrollo de la neuropsicología moderna, influyendo en investigaciones posteriores sobre lesiones cerebrales, trastornos del comportamiento y rehabilitación cognitiva.
Su Vida Posterior
Después del accidente, Phineas Gage intentó rehacer su vida. Se trasladó a Chile, donde trabajó como conductor de diligencias, un trabajo que implicaba cierta organización y control, lo que sugiere que pudo haber recuperado parcialmente algunas de sus habilidades ejecutivas. Años después, regresó a los Estados Unidos y falleció en 1860 a causa de complicaciones relacionadas con la epilepsia, posiblemente derivada de su lesión cerebral.
Su cráneo y la barra de hierro que lo atravesó se conservan en la Facultad de Medicina de Harvard, donde siguen siendo un símbolo del impacto que un trauma cerebral puede tener en la conducta humana.
En definitiva…
El caso de Phineas Gage continúa siendo una referencia fundamental en el campo de la neurociencia y la psicología. Su historia demostró cómo una lesión cerebral puede alterar la personalidad y el comportamiento, proporcionando valiosa información sobre la función de los lóbulos frontales. Aún hoy, su legado sigue influyendo en la investigación sobre el cerebro humano y sus misterios.
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Te tocan el lóbulo frontal y la orquesta se queda sin director😅